Con esta iniciativa queremos preservar variedades autóctonas de vid de la zona transfronteriza entre España (Castilla y León) y el norte de Portugal que se encuentran en peligro de extinción por la utilización de unas pocas variedades comerciales que monopolizan la producción.
Como vamos a ver, su utilización será clave de cara al cambio climático. Las variedades minoritarias se encontraban en desuso porque en muchas ocasiones no llegaban a completar su ciclo vegetativo correctamente. Sin embargo, con el aumento de las temperaturas estivales (con fuertes y frecuentes olas de calor) y la disminución de las precipitaciones, se ha comprobado que estas variedades completan su ciclo con unos índices de maduración muy buenos y equilibrados.
Corremos pues el riesgo de perder variedades de vid altamente adaptadas y a partir de las cuales se obtienen vinos singulares de gran calidad que pueden contribuir al crecimiento económico de la zona. Ahí radica la importancia de MINORSENS, poniendo en valor estas variedades para que puedan ser apreciadas por viticultores, bodegueros y por el consumidor final.